domingo, 12 de abril de 2015

Querida Sara:

 El cielo naranja casi con un color rosado se va tornando oscuro y va desapareciendo a lo lejos el sol, que deja sentir esa ultima brisa tibia del dia. Es otoño, las hojas secas y tristes casi como yo me siento, tan así como para romper en llanto con tan solo ver cómo una nena juega con su abuela, rie y se divierte, disfruta cada instante de esos pocos minutos que su abuela tuvo para llevarla a disfrutar a la plaza.
 En ese momento gritaría, patearía, rompería y golpearía cualquier cosa, por simples recuerdos que me atormentan cada día de mi vida, pero solo se me da por derramar unas cuantas lagrimas, solo eso, lagrimas que demuestran lo debil que puedo llegar a ser y lo debil que fui durante toda mi vida..
 Ay Sara, no sabes lo que daria para que estés acá conmigo, las personas se vuelven frias, mentirosas y solo te hacen compañía por lastima, qué puedo hacer con su lastima, para que me sirve? Solo estoy sola, nadie me quiere como para confiar en mi y yo poder confiar en ellos.
 No tengo amigos a los cuales veo todos los dias, no tengo a alguien quien me cuente sus problemas y yo le cuente los mios, no tengo a alguien que es sincero, no tengo a alguien que le atraiga mi manera de ser, no tengo nada y no sé por cuanto tiempo seguiré así.

 Te extraño Sara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario